Isidro García Cigüenza: «Pentálogo de nuestra Pedagogía Andariega»

Burra: ¿Qué es eso que tanto le preocupa a usted, señor maestro-arriero, que lleva enfrascado en ello toda la santa mañana?

Arriero: Estoy desarrollando una especie de “Pentálogo” para los docentes. En él trato de sintetizar al máximo el compromiso andariego que implica subirse al carro de nuestra Pedagogía.

Burra: Loable tarea… sin duda; aunque, vista la apatía humana…, ese dejarse llevar por la rutina y la “funcionarialidad” a la que aspiran la mayoría de los profesionales de la enseñanza… mucho me temo que no esté la cosa como para juramentar compromisos utópicos.

A: Las iniciativas “utópicas”, como tú dices Molinera, conllevan, incredulidad al principio, curiosidad después y asunción de propuestas ideológicas al final…

B: ¡Qué ingenuo! ¡Parece mentira que, con lo listo que es usted, no aprenda de experiencias pasadas! Para empezar, esas propuestas de “Desescolarización” y “Movilización” desarma todas las estructuras educativas actualmente en marcha. Con todo, caso de aceptarla, sepa usted que acabarían asumiendo su lenguaje, sí; que lo insertarían en la prosapia introductoria de sus leyes educativas; sí; pero sepa también que como colofón de su trazabilidad, le dejarían a usted con el culo aire, ridiculizando de paso sus ocultas desnudeces.

A: ¿Entonces, tú qué me propones? ¿Qué me esté de brazos cruzados observando cómo aíslan a niños y jóvenes de la realidad de sus familias, de las del barrio o las del Planeta Tierra, homologándolos como objetos prefabricados en serie a base de encerrarlos entre cuatro paredes y dándoles a comer a todos por igual una dieta curricular confeccionada con productos y condimentos elaborados al gusto del partido político de turno, congregaciones , empresarios y editoriales?

B: ¡Hombre…, algo de razón lleva usted! De hecho, los niños no participan con sus textos en la elaboración de su propia biblioteca, mientras el profesorado se esfuerza en decorarla a base de paraguas de colores colgados del techo…; o realizan actividades lúdicas del “Día de…”, sin implicación directa en la problemática de su entorno…; o comprueban cómo se van introduciendo las pantallitas digitales en las aulas, al tiempo que los laboratorios y talleres se sustituyen por tutoriales de Yutube, o como se diga… Y luego están esos desubicados “huertos escolares” dentro del cementado recinto escolar…; o ese comunicarse dentro del aula en inglés…; o soportar ese melifluo: “que si afectos por aquí…, que si emociones por allá, encerrados como los tienen…”; o ese “evaluar los conocimientos adquiridos” mediante cuestionarios en torno a la vida diaria, pero alejando a los muchachos es esa misma realidad…; o esos currículum trasversales que nunca atraviesan el propio patio de la escuela… Y luego esa problemática estúpida que tiene embobados a autoridades y familias tratando de dividir al personal: que si nosotros los de la pública, que si nosotros la concertada, que si los de Montessori o los pijos de la “Passiv House”…

A: ¡Vale, Molinera! Al final te tendré que decir a ti, lo que le decía aquel preso a su esposa cuando venía a visitarlo a la cárcel bañada en lágrimas: “A las rejas de la cárcel no me vengas a llorar…, ya que no me quitas penas, no me las vengas a dar” ¡Yo, toda la mañana pensando en resumir mi ideología en unos mínimos preceptos comprensibles y asumibles… y tú pasándote tres pueblos diciendo disparates que no sé de dónde demonios sacas…!

B: ¿Que de dónde los saco? ¡De lo que oigo y de la represión que presiento en esos mismos niños! ¿Qué culpa tengo que haya cogido usted por costumbre el amarrarme precisamente debajo del algarrobo que está pegadito a los muros del colegio? ¿Le parece poca la labor desestabilizadora y pro-andariega que realizo a favor de su Pedagogía cuando, al tiempo que los niños permanecen sentados, reducidos y en absoluto silencio, pego yo un rebuzno tan cómico y sonoro que les hago reír a todos, alborotando la clase y haciendo que salten los niños y se muevan de sus sitios al escucharme?

A: ¡Ja, ja, ja…! ¡No sabía que usaras tú una prosapia tan revolucionaria y anti sistema al mismo tiempo!

B: Venga, señor Isidro…. ¡menos rollo y más cebada al bollo! Dígame ya, de una vez y si le da la gana, la propuesta de Juramento Magisterial que con tanto ahínco ha elaborado…

A: Es una propuesta provisional, claro está… Los padres, los niños, el profesorado y la sociedad en general tienen mucho que decir al respecto. ¡Venga… ahí va!

Juramento Magisterial Andariego

Yo, fulanita (fulanito) de tal y tal…, como el educador (educadora) dinámico e implicado en la vida real que pretendo ser, me comprometo a guardar fidelidad a estos cinco principios:

Primero

Considero que el hecho de Aprender en Movimiento es la forma más apropiada de insertar nuestro devenir humano en el conjunto dinámico del Universo. Que caminar, además de promover el bienestar físico, la salud mental, la solidaridad y la alegría compartida, supone un mirar hacia adelante con la cabeza erguida y los sentidos abiertos; un permanecer en continuo asombro, al par que interiorizar un aprendizaje basado en la experimentación y el día a día.

Segundo

El camino, en todas sus acepciones (calzada, senda o plaza), y todo lo que en él encontremos (paisajes, huertas, talleres, hospitales, fábricas o celebraciones festivas…), se convertirá en el espacio ideal donde desarrollar reales aprendizajes, modélicos hábitos y mejores capacidades.

Tercero:

Como profesional de la enseñanza que predica con el ejemplo, comenzaré empapándome del ambiente en el que desarrollo mi labor, a fin de conocer a fondo los aspectos que conforman la realidad de los niños y jóvenes con los que voy a llevar a cabo el recorrido didáctico.

Cuarto:

Exploraré todas aquellas variables (individuales, familiares y sociales) que forjan personalidad de mis compañeros alumnos y me comprometeré con sus problemáticas individuales y aspiraciones colectivas. Los Recursos Didácticos de su entorno (del tipo que sean) constituirán la materia prima con la que iremos conformando nuestra propia formación. Respetaré el ritmo y la autonomía tanto del grupo, como de cada individuo en particular. Llegado el caso, los hombros y afectos de los compañeros y míos propios siempre estarán a disposición de quien lo precise.

Quinto:

Animaré a la Sociedad de nuestro entorno (industriales, artesanos, administrativos, deportistas, médicos, músicos, cómicos y ciudadanos en general que sean modélicos en su trabajo, en la solidaridad y en el vivir contento “a pesar de los pesares”…) para que se impliquen junto a nosotros en la labor educativa encomendada. Sus lugares de trabajo, sus conocimientos, destrezas, generosidad y capacidad para mostrárnoslo a los demás, nos servirán como fuente en la que satisfacer nuestra sed de saber, además del oportuno descanso y tiempo necesario para la experimentación y constancia de lo aprendido.

Estas cinco propuestas se resumen en dos (más una exclamación):

Amar mi profesión y proponer a los interesados a que, en lo concerniente a la educación, cada uno aporte lo que sepa, pueda, y crea oportuno. ¡Y siempre sobre la marcha!

 

Isidro García Cigüenza

Blog personal ARRE BURRITA

 

EN CAPÍTULOS ANTERIORES

Capítulo 01«Pedagogía caminera. Mi mejor maestra: una burra andariega»

Capítulo 02«Aprendemos caminando… del ronzal de mi burrita Molinera»

Capítulo 03«Por unas Matemáticas andariegas. Diálogo entre el arriero y su burra»

Capítulo 04: «A vueltas con las “Matracas”. Diálogos de un arriero con su burra»

Capítulo 05: «Clase de Lengua. Cervantes: ‘Persona Non grata’. Diálogos de un arriero con su burra»

Capítulo 06: «La clase de Música en la Pedagogía Itinerante»

Capítulo 07: «Los olores… en la Pedagogía Andariega»

Capítulo 08: «La asignatura de Valores Sociales y Cívicos en la Pedagogía Andariega»

Capítulo 09: Los Poetas Modernistas en la Pedagogía Andariega

Capítulo 10: Las maquetas de adobe en la Pedagogía Andariega

Capítulo 11: La asignatura de Química en la Pedagogía Andariega

Capítulo 12: Los juguetes en la Pedagogía Andariega

Capítulo 13: Cómo fabricar luz… en la Pedagogía Andariega

Capítulo 14La ‘Puta calle’ en la Pedagogía Andariega

Capítulo 15: Los abuelos en la Pedagogía Andariega

Capítulo 16: El agua en la Pedagogía Andariega

Capítulo 17: Los derechos animales en la Pedagogía Andariega

Capítulo 18:  Lapsus romántico en la Pedagogía Andariega

Capítulo 19: Los hábitos cotidianos de movilidad activa autónoma saludable… en la Pedagogía Andariega

Capítulo 20: La tierra de labor… en la Pedagogía Andariega

Capítulo 21: El estiércol en la Pedagogía Andariega

Capítulo 22: Las semillas en la Pedagogía Andariega

Capítulo 23:  Las plantas del huerto… en la Pedagogía Andariega

Capítulo 24: El mercado… en la Pedagogía Andariega

Capítulo 25: Las calificaciones en la Pedagogía Andariega

Capítulo 26: La ‘Verborrea’ legislativa… y la Pedagogía Andariega

Capítulo 27: El Homo ‘Culo plano’ en la Pedagogía Andariega

Capítulo 28: El Art Fregandi en la Pedagogía Andariega

Capítulo 29: ‘La Neurodidáctica’ y la Pedagogía Andariega

Capítulo 30: La memorización, vista desde La Pedagogía Andariega

Capítulo 31: Pentálogo de nuestra Pedagogía Andariega»

 

Isidro García Cigüenza

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Comentarios

2 respuestas a «Isidro García Cigüenza: «Pentálogo de nuestra Pedagogía Andariega»»

  1. Teresa Bravo

    Mira, yo estoy bastante contaminada por la educación en un entorno urbano y no conozco otra. Lo siento, pero me pasa lo mismo que a Molinera. Lo primero y más prosaico que me imagino es miles de alumnos de diferentes niveles y centros deambulando por Madrid cada uno dirigido por su maestro hacia el objetivo señalado para el día. Ya sé que a ti el aula y el pupitre te dan alergia. Yo soy más pragmática y pienso en la sociedad en la que van a desenvolverse y a buscarse las habichuelas esos futuros adultos y la que les ha tocado a la inmensa mayoría de ellos (nos guste o no). En ella, como te digo, una gran mayoría va a trabajar en una mesa con un ordenador. La educación es una preparación para la vida adulta y el aula en la que se encuentran es una representación de la tipología de su sociedad. Se tienen que acostumbrar o cambiar de sociedad.
    Yo dinamitaría (perdón por el lenguaje belicista, pero lo pienso así) todo el Magisterio español.
    EL MAESTRO es el profesional más importante de un país. Marca los cimientos formativos (aquí incluye lo que quieras) de sus ciudadanos. No puede ser que en España vayan a Magisterio los que no pueden acceder a otros estudios en su gran mayoría, los que no saben qué hacer, los que quieren trabajar poco (ya sabes, las vacaciones y eso), en fin, no quiero ponerme más borde. El aspirante a maestro por supuesto debe tener un absoluto respeto por los niños, una pasión contagiosa por el conocimiento (que da la felicidad y la seguridad en uno mismo) , una paciencia infinita para que todos lleguen a esos mínimos que debe tener uno en la vida que le ha tocado vivir, una conciencia clara de que de sus aulas van a salir arquitectos, albañiles, artistas, labradores, biólogos, científicos (ahora hemos descubierto lo importantes que son y lo idiotas que fuimos dejándolos marchar), camareros, abogados, curas, bomberos, periodistas, alcaldes, jueces, padres, limpiadores, forenses… El maestro apasionado no tiene indisciplina ni aburrimiento en su aula. Y, por supuesto, habrá actividades fuera del aula, cuando así se requiera. Si la Primaria va mal, va todo mal y en España los maestros no están bien formados. Yo, como madre, he sufrido la carencia tanto académica como de actitud y la absoluta ignorancia de la infancia de los maestros de mis hijos y, como yo, la inmensa mayoría de los padres que conozco. Deben ser la élite y ser respetados y remunerados como tales. Cualquiera no puede ser maestro, el nivel de exigencia debe ser el máximo. Y, puestos a eliminar, eliminaría la intromisión política en cualquier decisión educativa (ellos aquí no pintan nada), el sistema de oposiciones y de contratación. Si lo haces mal, te dedicas a otra cosa, que esto es muy serio.

  2. Isidro García Cigüenza

    Un comentario contrastado, sincero y valiente, Teresa. Esta observación me parece premonitoria: «El aspirante a maestro por supuesto debe tener un absoluto respeto por los niños, una pasión contagiosa por el conocimiento». Lo que proponemos con nuestra Pedagogía Andariega da un paso más:le pedimos que conozca el Medio en el que se desenvuelven esos niños para así aplicar al aprendizaje los Recursos que el mismo proporciona (y que, a poco que se busque se hallarán de diversos tipos, con variado contenido y distintas aplicaciones tanto para desarrollar el conocimiento como las mejoras y compromisos que la sociedad necesita y reclama.

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