Juan José Hernández Torres. Guardián de San Juan de Dios.
Hijo de Aquilino Hernández Escudero y Pilar Torres Ramos nacido en Badajoz.
Tiene tratamiento de Excelentísimo señor.
Es doctor cum laude, doctor internacional por las Universidades de Granada, Santiago de Compostela, Cantabria, Zaragoza y Rovira y Virgili por sus estudios en bioética.
Tiene tantas medallas y reconocimientos públicos que resulta apabullante. Su currículum académico también lo es.
Juan José Hernández Torres, recién ordenado sacerdote llegó a Granada hace 35 años y ha dedicado su vida no sólo a la orden hospitalaria de San Juan de Dios – es rector de la basílica y capellán desde aquel 30 de junio de 1989- sino a la figura del santo.
Es su guardián.
En un sentido físico, tiene el honor y la responsabilidad de guardar sus restos, y metafísico. Lo ha biografiado, ha indagado en sus orígenes, en su obra, en sus cualidades. Para luego, darlo a conocer, no sólo cada 8 de marzo cuando se recuerda al patrón de los enfermos, de los enfermeros, de los hospitales y de los bomberos. Al copatrón de Granada – hasta los agnósticos, por lo del reconocimiento a la santidad,
celebran su día-, sino como referente en su vida.
Esta es la razón que le llevó a fundar el consultorio del hospital San Rafael para transeúntes. Y eso es lo que le hace que todos los días, de 12 a 2, deje todo lo que esté haciendo, los estudios, las entrevistas, las infraestructuras…se coloque su bata blanca y abra las puertas del dispensario. No estamos seguros si lo hemos dicho ya o no. Por si acaso, lo decimos ahora. El estudió enfermería y hace de enfermero de los desfavorecidos. Lo que necesiten. Atender la salud dental, quitar piojos, cortar uñas, curar llagas, coser heridas… Quizás piensen que resulte inadecuado evocar en este retrato de personaje tan ilustre esas burdas imágenes, cuando es sabido que vivimos en una sociedad opulenta en la que no queda sitio para la enfermedad, para la mugre, para la desesperanza. Pero él es hijo de San Juan de Dios y actúa como el santo. Recordándonos que las condiciones de miseria nos pueden sobreacontecer a todos. Cuidando a los que así les ha sucedido.
Vamos a abrir un paréntesis porque los relatos lineales dejan ramificaciones sin aclarar (El hermano Juan José lleva tanto tiempo aquí que ha vivido varias pandemias, la del SIDA a finales de siglo, el COVID en el siglo XXI)… siendo esta casa general, se reciben en ella a toda clase de gente, hay aquí mancos, tullidos, paralíticos coma locos, tiñosos, otros muy viejos y muchos niños, y a todos les damos fuego, sal y cobijo… – siguiendo las palabras de San Juan de Dios-
El dispensario para transeúntes se encuentra en la calle San Juan de Dios ¿Dónde si no? Junto al hospital de San Rafael, que abraza causas difíciles.
Hasta aquí hemos venido a conocer al hombre en busca de respuestas.
No defrauda en las distancias cortas. Lo recordábamos en algunos actos públicos. Es alto y grande. Quizás por ello nos impresionó mas aquella vez que dejado llevar por la belleza de un canto, rompió a llorar. Si tienen curiosidad fue con el Benedictus de la Missa Brevis de Jacob Haan.
Conversador inteligente va desechando los recuerdos que no deberían publicitarse porque forma parte de las dialécticas en los despachos, algo así como por un pacto entre caballeros.
Quizás comparta con nosotros alguna de sus instantáneas vitales. Nos gustaría con Athor. Su compañera. Una halcón jerifante a la que cuida y a la que saca a volar. Ha tenido a bien elegir una afición digna de clérigos (la cetrería estuvo prohibida en algún tiempo)
O arreglando relojes, otro e sus pasatiempos. Por si acaso, y no encuentra alguna, nos la llevamos hecha.
Nos impresiona su discurso humanista. Es de amplio espectro. Ética, humanización, cuidados paliativos, estructuras asistenciales, proceso de muerte, dependencias, dilemas, vulnerabilidad, intimidad, muerte digna, salud mental…
Pero todo eso no hace sino encubrir el tema principal de su vida. Y no es otro que San Juan de Dios
En ello ha empeñado su vida. Preservar, difundir y cuidar la obra del santo. Imitar, si nos apuran. Y para ello ha tenido que lidiar con -35 años de permanencia dan para muchos cambios-
En el poder terrenal…
En el poder económico…
En el cuarto poder…
Entre sus logros, la rehabilitación de de suelos y estructuras de la basílica de San Juan de Dios – en 2013-. La bella basílica barroca construida en 1737 como relicario del santo, venía soportando problemas de humedades – el paso de la acequia de San Jerónimo por la calle san Juan de Dios, aunque cegada había provocado un grave deterioro en suelos, frisos y paredes-.
Y para ayudar a su conservación, cuando ya no esté, creó la orden de Caballeros y Damas del Santo Sepulcro y Basílica de San Juan de Dios, una orden de laicos que busquen soluciones inteligentes a los grandes desafíos de conservación del patrimonio.
Se define como mono maniático y perseverante.
Otra de sus victorias, la recuperación para la orden, del Hospital que imaginara, diseñara y construyera Juan Ciudad Duarte, el primero de la historia moderna, en manos del poder político desde el siglo XIX.
El relato de este proceso deja clara la insistencia e inteligencia de este sacerdote que no tuvo inconveniente en llamar a una suerte de insurrección económica frente a la entonces gigante Caja de Ahorros granadina, la General, bajo el slogan “si quieres el hospital , saca el dinero de la General”.
En 2015, el superior de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Jesús Etayo, acudió a Granada para escenificar el reintegro de manos de representantes de la diputación provincial.
Misión cumplida
«Ya no es asunto mío».
Había una vez un niño pacense que soñaba ser cura cautivado por la vida de santos cercanos.
Ese hombre, elegido por Granada como hijo predilecto sigue soñando.
Sueña con que el conjunto escultórico del orfebre Miguel Moreno Romera, salga de su medio escondite en el Triunfo y encabece, con solemnidad, con boato, la galería de personajes ilustres del bulevar de la Avenida de la Constitución. No en vano, es el granadino más universal estando, como está, su obra presente en los cinco continentes.
La escultura del santo junto a una prostituta, un niño y un mendigo ya tuvo problemas en su ubicación. Su diseño en escalinata venía dado por el lugar que se le había reservado. Pero hubo quien se negó. Hay que rebuscar en la hemeroteca para recordar los titulares…San Juan de Dios no tiene sitio en Granada. El titular de ahora sería, San Juan de Dio, a encabezar el bulevar.
Por soñar,
Sueña con un nuevo órgano para la basílica. Juan José gusta de la música. Si saben guardar un secreto, a veces no ha dudado en prestar el órgano a jóvenes estudiantes. Y si saben guardarse más de uno, no ha dudado en que sonara en la basílica música ajena a la liturgia. Siempre bella. Siempre sublime.
Busca un instrumento más acorde con el espíritu barroco del monumento…
Además de soñador es un trabajador incansable. Imparte clases en el Máster de enfermería de la Universidad de Sevilla, en la Universidad de Granada, da conferencias, investiga, atiende el dispensario y presta sus servicios como guardián de san Juan de Dios, aquel hombre que acudió a la llamada de la Granada recién tomada, quizás llamado por los ecos publicitarios del villancico de Juan de la Encina…
“Levanta, Pascual, levanta,/aballemos a Granada,/que se suena qu’es tomada/Levanta toste priado/toma tu perro y çurrón/tu çamarra y çamarrón/tus albogues y cayado/Vamos ver el gasajado/de aquella ciudad nombrada,/que se suena qu’es tomada…” y que fue aquí donde escuchó el llamado… Granada será tu Cruz.
Y la de Juan José Hernández, indispensable para Granada.
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Profesora de Geografía e Historia
IES Padre Suárez
