Vino a nacer en Guadix
Pedro Antonio de Alarcón,
político, periodista,
dramaturgo, narrador,
de joven muy liberal,
más tarde, conservador
que también quiso ser cura
y, luego, se arrepintió.
Los estudios de Derecho
en Granada los cursó,
aunque las leyes no fueron
objeto de profesión
sino la Literatura,
su primordial vocación
tanto desde el periodismo
como en su rol de escritor.
La carrera periodística
en Cádiz la comenzó,
donde fundó una revista
cuyo nombre tituló
cual “El eco de Occidente”,
de menguada difusión.
Un periódico satírico
en Madrid también creó,
mencionado como “El Látigo”,
que tenía la función
de atacar la Monarquía
junto a su Constitución.
En tiempos de juventud,
su vida puso en valor
al enfrentarse en un duelo,
donde la motivación
fueron cuestiones políticas,
y, aunque salió perdedor,
su adversario, generoso,
al final lo perdonó.
Diputado fue por Cádiz,
luego en París se exilió,
vivió una vida azarosa
en continua desazón
al ser tiempos sacudidos
por aviesa crispación.
El delirio liberal
con el tiempo se eclipsó,
y en unos escasos años
trasmutó en conservador,
retornando a los orígenes
de su inicial formación.
Pedro Antonio de Alarcón,
de la antigua Acci romana,
fue periodista y soldado
en la contienda africana
escribiendo el “Diario de un
testigo en la guerra de África”
donde narró peripecias
y el horror de las batallas.
“El sombrero de tres picos”,
su pieza más celebrada
y por todos aplaudida,
se versionó musicada
por un gran compositor
llamado Manuel de Falla,
que vivía en la Antequeruela
al socaire de la Alhambra
donde el hechizo aletea
sobrevolando Granada.
Otra novela exitosa,
como “El clavo” titulada,
una historia truculenta,
judicial y policiaca
que bien podría entroncarse
en la corriente romántica.
En “El niño de la Bola”
unos amores desgarran
la triste monotonía
de una ciudad amuermada
por los prejuicios sociales,
la soberbia y la desgana.
En “El capitán Veneno”
con alta maestría retrata
desconsolados sucesos
de situaciones dramáticas.
Como narrador de cuentos
también alcanzó la fama
y en “El carbonero alcalde”
dicha maestría constata,
como en otras aventuras
magistralmente narradas,
siendo algunos escenarios
las comarcas accitanas
aturdidas por la luz
que emite Sierra Nevada.
Pedro Antonio fue escritor
de una indiscutible talla,
un maestro del relato
y un perito de la trama
que manejaba el lenguaje
con pericia literaria.
Por su quehacer novelístico
en el Realismo se enmarca
aunque quizás, por su prosa,
siga tendencias románticas
de escenarios tremebundos
y argumentaciones trágicas.
Próximo romance: ÁNGEL BARRIOS
Anteriores entregas:
II. Ángel Ganivet García (Granada, 1865 – Riga, 1899)
III. Ibn Zamrak (Granada, 1333 – 1394)
IV. Isabel de Solís, Soraya (Martos, Jaén, – ¿Sevilla? S. XV, 2ª mitad)
V. Mira de Amescua (Guadix, 1577 – 1644)
VI. Francisco Alonso (Granada, 1887 – Madrid, 1948)
VII. Juan Latino (Cabra o Etiopía, 1518 – Granada, 1597)
VIII. Chorrojumo (Ítrabo, 1824 – Granada, 1906)
IX. San Juan de Dios (Montemor: Portugal, 1495 – Granada, 1550)
X. Boabdil (Granada, 1460 – Fez, 1533)
XI. Doña Juana I de Castilla (Toledo, 1479 – Tordesillas, 1555)
XII. Alonso Cano (Granada, 1601 – 1667)
XIII. Elena/Eleno De Céspedes (Alhama de Granada, 1545 – Yepes ¿1588?)
XIV. Hermanos fosores de Guadix (Comunidad fundada en 1953)
XV. Mencía de Mendoza (Jadraque, Guadalajara, 1508 – Valencia, 1554)
XVI. Fray Leopoldo (Alpandeire, 1864–Granada, 1956)
XVII. Manuel de Falla (Cádiz, 1878–Alta Gracia, Argentina, 1946)
XVIII. Eugenia de Montijo (Granada, 1826– Madrid, 1920)
XIX. Manuel Benítez Carrasco (Granada, 1922–1999)
XX. Fray Luis de Granada (Granada, 1504 – Lisboa, 1588)
XXI. Abén Humeya (Válor, 1545 – Laujar de Andarax, 1569)
XXII. Mariana Pineda (Granada, 1804 – 1831)
XXIII. Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, 1898 – Granada, 1936)
XXIV. María de Pacheco (Granada, 1496 – Oporto, 1531)
XXV. Aixa (Siglo XV. Granada – Fez)
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