Padre Ignacio de las Casas,
inteligente, erudito,
un jesuita brillante
descendiente de moriscos
que en siglo XVI
tuvo un papel decisivo
en aquello de los Plúmbeos,
al esclarecer el lío
en que se hallaban inmersos
los enigmáticos Libros.
Hijo de familia culta,
vivió sus tiempos de niño
jugando por las callejas
del Albaicín granadino
donde comenzó a estudiar,
con mentores jesuíticos,
la sapiencia de los clásicos
junto al canon humanístico.
En la ciudad de Segovia
jesuita fue ordenado
y el Papa Gregorio XII
le hizo un delicado encargo:
viajar al Oriente Medio
a dialogar con cristianos,
musulmanes y judíos
y establecer unos lazos
que consiguieran la unión
en fraterno apostolado.
También tradujo los cánones
del Concilio de Nicea,
el primigenio ecuménico
que convocara la Iglesia,
en tiempos de Constantino,
el hijo de santa Elena,
cuando Roma aún dominaba
los confines de la tierra.
Máximo conciliador
de cristianos y moriscos,
propuso distintos métodos
a los que estaban previstos
para que dichos conversos
siguieran la fe de Cristo,
ya que a la fuerza acataron
aceptar el cristianismo
al imponer por decreto
el ritual del bautismo.
Para ello tradujo al árabe
los textos del catecismo
ya que a través de su lengua
se educaría a los moriscos
en la religión cristiana
al aprenderla de niños
y así, evangelizarlos
en su lenguaje nativo,
pues ellos no comprendían
el nuevo idioma venido.
Denunció desigualdades
frente a los cristianos viejos,
que eran beneficiados
ante los nuevos conversos
y atacó las estructuras
que defendían privilegios
por la limpieza de sangre
y origen de los ancestros.
Con la lengua de los árabes
él quería evangelizar
pues era la que entendían
los moriscos del lugar
asentados por España,
para así poder llevar
los mandamientos cristianos
al ámbito musulmán.
Su misión fue alternativa
y buscó la conversión
nunca impuesta, sí sincera,
pues con la gracia de Dios
optarían libremente
la substancial decisión
para así abrazar la fe
con convencido fervor.
Era versado en latín,
en árabe y en hebreo,
de saber enciclopédico
con alma de misionero,
asesor de varios Papas,
un jesuita modelo,
teniendo en tierra los pies
y la cabeza en el cielo.
Pedro de Castro, arzobispo,
al padre Ignacio encargara
traducir al castellano,
con la mayor eficacia,
los célebres Libros Plúmbeos,
que crearon suspicacia
desde que fueron hallados
bajo la Torre Turpiana,
sitio en el que se asentó
la mezquita de Granada
allá en los tiempos pasados
de la etapa musulmana,
donde hoy está el Sagrario
cual oasis de bonanza.
El letrado jesuita
demostró la gran patraña
inserta en los libros plúmbeos
que tanta inquietud crearan:
una falsedad rotunda
por moriscos inventada
al buscar ser integrados
en la sociedad cristiana
con similares derechos
e identidad ciudadana.
La máxima jesuítica
que definió al padre Ignacio,
fue no ocultar la verdad
y nunca afirmar lo falso,
“ad maiorem Dei gloriam”
como principio sagrado.
Próximo romance: FRASCUELO
Anteriores entregas
II. Ángel Ganivet García (Granada, 1865 – Riga, 1899)
III. Ibn Zamrak (Granada, 1333 – 1394)
IV. Isabel de Solís, Soraya (Martos, Jaén, – ¿Sevilla? S. XV, 2ª mitad)
V. Mira de Amescua (Guadix, 1577 – 1644)
VI. Francisco Alonso (Granada, 1887 – Madrid, 1948)
VII. Juan Latino (Cabra o Etiopía, 1518 – Granada, 1597)
VIII. Chorrojumo (Ítrabo, 1824 – Granada, 1906)
IX. San Juan de Dios (Montemor: Portugal, 1495 – Granada, 1550)
X. Boabdil (Granada, 1460 – Fez, 1533)
XI. Doña Juana I de Castilla (Toledo, 1479 – Tordesillas, 1555)
XII. Alonso Cano (Granada, 1601 – 1667)
XIII. Elena/Eleno De Céspedes (Alhama de Granada, 1545 – Yepes ¿1588?)
XIV. Hermanos fosores de Guadix (Comunidad fundada en 1953)
XV. Mencía de Mendoza (Jadraque, Guadalajara, 1508 – Valencia, 1554)
XVI. Fray Leopoldo (Alpandeire, 1864–Granada, 1956)
XVII. Manuel de Falla (Cádiz, 1878–Alta Gracia, Argentina, 1946)
XVIII. Eugenia de Montijo (Granada, 1826– Madrid, 1920)
XIX. Manuel Benítez Carrasco (Granada, 1922–1999)
XX. Fray Luis de Granada (Granada, 1504 – Lisboa, 1588)
XXI. Abén Humeya (Válor, 1545 – Laujar de Andarax, 1569)
XXII. Mariana Pineda (Granada, 1804 – 1831)
XXIII. Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, 1898 – Granada, 1936)
XXIV. María de Pacheco (Granada, 1496 – Oporto, 1531)
XXV. Aixa (Siglo XV. Granada – Fez)
XXVI. Pedro Antonio de Alarcón (Guadix, 1833 – Madrid, 1891)
XXVII. Ángel Barrios (Granada, 1882 – Madrid, 1964)
XXVIII. Pedro Soto de Rojas (Granada, 1589–1658)
XXIX. Emilio Herrera Linares (Granada, 1879 – Ginebra, 1967)
XXX. Elena Martín Vivaldi (Granada, 1907 – 1998)
XXXI. Ruiz del Peral (Exfiliana, 1708 – Granada, 1773)
XXXII. La Perla de Granada (Granada. Siglo XII)
XXXIII. Hernán Pérez del Pulgar (Ciudad Real, 1451-Loja, 1531)
XXXIV. Judá ben ibn Tibón (Granada, 1120 – Marsella 1190)
XXXV. María ‘la Canastera (Granada, 1913 – 1966)
XXXVI. El Gran Capitán (Montilla, 1453 – Granada, 1515)
XXXVII. Juan Alfonso García (Santos de Maimona, 1935 – Granada, 2015)
XXXVIII. Diego Hurtado de Mendoza (Granada, 1503 – Madrid, 1575)
XXXIX. José de Mora (Baza, 1642 – Granada, 1724)
XL. Álvaro de Bazán (Granada, 1526 – Lisboa, 1588)
XLI: Francisco López Burgos (Granada, 1921–1996)
XLII: Mariluz Escribano Pueo (Granada, 1935 – 2019)
XLIII: El doctor Olóriz Aguilera (Granada,1855 – Madrid, 1912)
XLIV. Francisco Martínez de la Rosa (Granada, 1787 – Madrid, 1862)
XLV: Don Emilio Orozco (Granada, 1909 – 1987)






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