Muhammad ibn Alhamar,
primer emir en Granada
de la estirpe nazarita,
proveniente de una taifa
como tantas en al-Ándalus
que en Arjona gobernaba,
instituyó un nuevo Estado
cuya sede fue la Alhambra,
referente prodigioso
de las medinas islámicas.
Tras conquistar Almería
y también invadir Málaga
sus leales irrumpieron
en la tierra deseada,
donde el Darro y el Genil
van derramando sus aguas,
que cantarinas descienden
por barrancos y vaguadas,
hasta irrigar las choperas
de la vega de Granada.
Allegado el siglo trece,
Muhammad Ibn Alhamar
de la estirpe nazarí
se afanó en edificar
la medina de la Alhambra,
una joya del islam,
considerada modelo
del estilo musulmán.
Con Muhammad Alhamar,
“el Rojo”, lo nominaban
por el color del cabello
y su pelirroja barba,
la dinastía nazarí
crea sultanato en Granada
cuyo centro de poder
se focalizó en la Alhambra,
una ciudad palatina,
hermosa y paradigmática.
La castrense fortaleza
de la época nazarí
se obró sobre otra anterior
de la familia zirí,
cuando los reinos de taifas
batallaban entre sí
y el poder se administraba
en sedes del Albaicín.
Esta nueva fortaleza,
nominada la Alcazaba,
se alzó para defender
la medina de la Alhambra
donde reyes nazaríes
quisieron fijar morada.
Al oeste de la Sabika,
en sinopsis triangulada,
se alinean fosos y torres
enlazados por murallas
al socaire de la sierra
y de sus cumbres nevadas.
El acceso hacia el recinto
del fortín de la Alcazaba
es un dédalo complejo
para complicar la entrada,
con cuatro puertas en quiebra
hasta la Plaza de Armas,
convertida en campamento
por el sultán Ibn Mohammad.
Altas torres con adarves
descuellan como atalayas
para vigilar la Vega,
el Albaicín y Granada,
donde el poder nazarita
todo un reino gobernaba.
La Torre del Homenaje,
con mazmorra subterránea,
albergó el primer palacio
de la corte de Muhammad.
La Torre del Adarguero,
la Pólvora, la Quebrada,
el jardín de los Adarves
adornando la Alcazaba,
todo para proteger
la reliquia de la Alhambra.
Las banderas nazaríes,
rojas, color escarlata
como rojos son los granos
del fruto de la granada,
en las torres más punteras
de la carmesí alcazaba,
agitadas por el viento
con esplendor ondeaban.
“Sólo Alá es vencedor”
era el signo nazarita
que Alhamar pontificó
al cruzar puerta de Elvira,
cuando por primera vez
vio la ciudad granadina,
y ese lema se talló
por palacios y mezquitas
en la capital de un reino
con creencias islamistas.
Muhammad ibn Alhamar
falleció de una caída
al caerse del caballo
de manera fortuita,
dejando como heredero
del estado nazarita
a su hijo primogénito,
sultán que destacaría
en fortalecer el monte
sagrado de la Sabika
donde luce aún la Alhambra
como estrella matutina.
El Estado nazarí
sus fronteras extendía
del poniente, en Gibraltar
al levante, en Almería,
con una ostentosa corte
de costumbres sibaritas
plenas de lujo y cultura,
mas sin pujanza política
que acabó siendo absorbido
por el Reino de Castilla.
El último de los taifas
de Al-Ándalus en España
fue el Estado nazarí
con capital en Granada,
esplendente en los inicios
y finado en la desgracia.
Una corte suntuosa,
pero de fuerzas mermadas,
y unas guerras familiares
por gobernar en la Alhambra,
fueron rasgos distintivos
de un dominio en desbandada,
tan débil como lujoso
que nació y murió en Granada.
Muhammad ibn Alhamar
gestionó con eficacia
métodos para subir
desde el Darro hasta la Alhambra
el agua que confería
la sierra de la Alfaguara.
Maestros los árabes fueron
en la usanza de las aguas
regando vegas y almunias
o simplemente escuchándola
en surtidores y fuentes
de los palacios o plazas,
cuando se convierte en música
para el deleite del alma.
Próximo romance: CONCHITA BARRECHEGUREN
Anteriores entregas
II. Ángel Ganivet García (Granada, 1865 – Riga, 1899)
III. Ibn Zamrak (Granada, 1333 – 1394)
IV. Isabel de Solís, Soraya (Martos, Jaén, – ¿Sevilla? S. XV, 2ª mitad)
V. Mira de Amescua (Guadix, 1577 – 1644)
VI. Francisco Alonso (Granada, 1887 – Madrid, 1948)
VII. Juan Latino (Cabra o Etiopía, 1518 – Granada, 1597)
VIII. Chorrojumo (Ítrabo, 1824 – Granada, 1906)
IX. San Juan de Dios (Montemor: Portugal, 1495 – Granada, 1550)
X. Boabdil (Granada, 1460 – Fez, 1533)
XI. Doña Juana I de Castilla (Toledo, 1479 – Tordesillas, 1555)
XII. Alonso Cano (Granada, 1601 – 1667)
XIII. Elena/Eleno De Céspedes (Alhama de Granada, 1545 – Yepes ¿1588?)
XIV. Hermanos fosores de Guadix (Comunidad fundada en 1953)
XV. Mencía de Mendoza (Jadraque, Guadalajara, 1508 – Valencia, 1554)
XVI. Fray Leopoldo (Alpandeire, 1864–Granada, 1956)
XVII. Manuel de Falla (Cádiz, 1878–Alta Gracia, Argentina, 1946)
XVIII. Eugenia de Montijo (Granada, 1826– Madrid, 1920)
XIX. Manuel Benítez Carrasco (Granada, 1922–1999)
XX. Fray Luis de Granada (Granada, 1504 – Lisboa, 1588)
XXI. Abén Humeya (Válor, 1545 – Laujar de Andarax, 1569)
XXII. Mariana Pineda (Granada, 1804 – 1831)
XXIII. Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, 1898 – Granada, 1936)
XXIV. María de Pacheco (Granada, 1496 – Oporto, 1531)
XXV. Aixa (Siglo XV. Granada – Fez)
XXVI. Pedro Antonio de Alarcón (Guadix, 1833 – Madrid, 1891)
XXVII. Ángel Barrios (Granada, 1882 – Madrid, 1964)
XXVIII. Pedro Soto de Rojas (Granada, 1589–1658)
XXIX. Emilio Herrera Linares (Granada, 1879 – Ginebra, 1967)
XXX. Elena Martín Vivaldi (Granada, 1907 – 1998)
XXXI. Ruiz del Peral (Exfiliana, 1708 – Granada, 1773)
XXXII. La Perla de Granada (Granada. Siglo XII)
XXXIII. Hernán Pérez del Pulgar (Ciudad Real, 1451-Loja, 1531)
XXXIV. Judá ben ibn Tibón (Granada, 1120 – Marsella 1190)
XXXV. María ‘la Canastera (Granada, 1913 – 1966)
XXXVI. El Gran Capitán (Montilla, 1453 – Granada, 1515)
XXXVII. Juan Alfonso García (Santos de Maimona, 1935 – Granada, 2015)
XXXVIII. Diego Hurtado de Mendoza (Granada, 1503 – Madrid, 1575)
XXXIX. José de Mora (Baza, 1642 – Granada, 1724)
XL. Álvaro de Bazán (Granada, 1526 – Lisboa, 1588)
XLI: Francisco López Burgos (Granada, 1921–1996)
XLII: Mariluz Escribano Pueo (Granada, 1935 – 2019)
XLIII: El doctor Olóriz Aguilera (Granada,1855 – Madrid, 1912)
XLIV. Francisco Martínez de la Rosa (Granada, 1787 – Madrid, 1862)
XLV: Don Emilio Orozco (Granada, 1909 – 1987)
XLVI: Padre Ignacio de las Casas (Granada, 1550 – Ávila, 1608)
XLVII: Frascuelo: Salvador Sánchez (Churriana, 1842 – Madrid, 1898)






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